Como comisión de RREE de la facultad de Humanidades de la PUC, hemos realizado una visita al Liceo Republica de Argentina el día viernes 2 de septiembre. En ese momento estaba a punto de comenzar el partido amistoso entre España y Chile. El ambiente prototípico se siente a lo lejos. El colegio empapelado con consignas pro movimiento estudiantil hace pasar a segundo plano la fachada albiceleste, un televisor puesto en las afueras esperando a la roja revuelve las energías concentradas ahora en los momentos previos a lo que sería la derrota chilena, un tarro de leche colgando desde lo alto para recolectar fondos se erige como uno de los mecanismos para seguir adelante con esta toma que ya lleva tres meses. Una adolescente desde lo alto de la reja nos da la autorización para ingresar al establecimiento. Nuestra anfitriona y entrevistada es Fernanda Chávez, alumna de cuarto medio técnico profesional en Gráfica, miembro del colectivo “Repu repudia” que decidió llevar a cabo la toma.
Actualmente, como colectivo participan activamente de las asambleas de la CONES (Corporación Nacional de Estudiantes Secundarios) y, además, forman parte del cordón de Ñuñoa donde se reúnen con otros colegios de la comuna. Como colectivo se han sumado a las demandas formuladas por la CONES y además han redactado un petitorio interno. Con convicción Fernanda nos afirma que de no ser escuchadas sus demandas, no depondrán la toma.
El testimonio de Fernanda nos impacta, ella se sorprende con nuestra visita. Durante el ultimo tiempo el Liceo había sido un foco noticioso por una serie de irregularidades. Estas se relacionan con la gestión de Raúl Fernández Casanova, director de este colegio y también con la de los inspectores. Los hechos ocurridos aquí fueron noticia nacional. Lo que ocurrió fue que los alumnos encontraron cuchillos y marihuana en los cajones de las oficinas de inspectoría general. Ante la sorpresa dieron aviso a la PDI, quienes confirmarían algo aún más grave que el hallazgo efectuado por los estudiantes. Los teléfonos de algunos estudiantes estaban siendo intervenidos. Es por eso que actualmente, Raúl Fernández Casanova se encuentra con prohibición policial de acercarse a menos de cien metros del colegio.
Además de esto los alumnos nos cuentan que el colegio no les permite tener un Centro de alumnos electo ya que el estatuto interno prohíbe este tipo de organizaciones. En su lugar el director ha establecido un centro de alumnos designado, que, como es de esperar, lo compone un grupo de alumnos de absoluta confianza del director, no así de los alumnos.
Sin embargo, no solo directores e inspectores son los protagonistas de irregularidades. Profesores han cometido abusos de todo tipo, ofrecido notas a cambio de favores sexuales y drogas. Todo lo contado por Fernanda fue noticia, así lo ratificamos al buscar en los archivos on-line de varios medios de comunicación, ente ellos canales de televisión, prensa escrita y radio. No obstante, la intervención telefónica no pudimos corroborarla en fuentes oficiales.
Al consultarles sobre la calidad de la educación impartida, los alumnos representados por Fernanda, han manifestado que esta es deplorable e insuficiente. Existen “profesores” que hacen clases no teniendo el título de profesor, entre los casos señalados por Fernanda se encuentra un veterinario impartiendo clases de matemáticas. Las herramientas disponibles para desarrollar las distintas habilidades dejan bastante que desear, ejemplo de esto son las máquinas que utiliza Fernanda para estudiar su profesión, estas están derechamente obsoletas.
Con respecto a las expectativas generadas a los alumnos y padres al momento de matricularse estos nos aseguran que distan de la realidad. Se les dijo que iban a recibir una educación pública de calidad con prácticas dentro del Mercurio y otras empresas de prestigio y que las carreras dictadas tenían un buen futuro laboral. Lo cual no fue cumplido. Un ejemplo de esto lo da la misma entrevistada quien nos dijo haber hecho su práctica laboral en la PDI, lugar donde en vez de ejercer labores relacionadas con su especialización, tuvo que realizar labores de aseo, nos cuenta que una vez le ordenaron sacar palomas muertas del techo del edificio y que en una imprenta un hombre abuso de ella. Las prácticas que realizan durante tercero medio en verano no considera ningún tipo de remuneración, el pase escolar no es extendido y sus empleadores no les dan ni un tipo de ayuda económica para solventar los gastos de alimentación y transporte. Frente a estos abusos, el director y autoridades han hecho oídos sordos. No es de extrañar esta reacción por parte del director, tomando en cuenta que, según Fernanda, les habría aclarado explícitamente que ellos estaban en este colegio para ser mano de obra barata.
Con respecto a la toma del colegio, dicen tener el completo apoyo de sus padres, vecinos y profesores, estos últimos de manera encubierta por temor a represalias. No obstante, un grupo de compañeros que están en contra de la toma desmantelaron 25 computadores, que deberán pagar, probablemente, los estudiantes del “Repu repudia”. El alcalde Sabat, ha manifestado su desacuerdo con el movimiento enviando fuerzas especiales a desalojarlos violentamente, en esta ocasión resultaron estudiantes agredidos, incluso niñas, todo esto a pesar de haber señalado realizar el desalojo pacíficamente. Actualmente, los alumnos son apoyados legalmente por el cordón Ñuñoa y están llevando a cabo acciones legales contra el edil de aquella comuna.
Al preguntarle a Fernanda sobre las motivaciones que la llevaron a entrar a este colegio, nos indica que su mamá fue quien lo decidió. Esto nos obliga a pensar en lo difícil que fue escoger nuestras carreras universitarias a los 17-18 años, no logrando entender cómo pueden escoger sensatamente si quieren ser técnicos o no a tan corta edad, sin saber que el colegio les corta las alas condenándolos a un futuro poco prometedor lleno de promesas incumplidas, injusticia y sentimientos de rabia frente a los cuales la única salida, justa y necesaria, parecen ser esas sillas y mesas agolpadas prisioneras en las rejas ya oxidadas que indican que el colegio República de Argentina está en toma.